miércoles, 24 de febrero de 2010

Las tareas escolares:
¿necesarias o prescindibles?


Miriam Sánchez

Las tareas escolares para realizar en casa forman parte de las actividades de los estudiantes de todos los niveles educativos; sin embargo, los profesores no siempre tienen claro el sentido y el objetivo de las mismas. En ocasiones no son revisadas o, si lo son, se devuelven con alguna marca o calificación y no con una retroalimentación.

A los niños les disgustan las tareas: “me quitan tiempo de jugar”, “no sirven para nada”, “el maestro no las revisa”, “las ponen para tener con qué calificar”, dicen. Los estudiantes mayores las evaden aprovechando los medios electrónicos y las herramientas “copiar y pegar” o haciendo páginas en donde “suben” y “bajan” tareas, porque saben que los profesores, aun de distintas escuelas, ordenan trabajos similares. Algunos hacen las tareas de otros y cobran por ello. Se crean lugares o centros de apoyo para las tareas escolares. Hay textos de recomendaciones para los padres de cómo ayudar a sus hijos en las tareas y tiendas en donde los profesores pueden comprar ejercicios para asignar como tareas.

El estadounidense Alfie Kohn revisó las investigaciones que en su país había sobre los argumentos pedagógicos que soportan la idea de dar tareas a los estudiantes para realizarlas en casa, y escribió el libro The Homework Myth. Why Our Kids Get Too Much of a Bad Thing, editado en 2006 por Da Capo Press, EUA, que se puede traducir como El mito de las tareas. Por qué nuestros niños reciben tanta información equivocada. Los estudios que él señala buscan la correlación entre la cantidad de tareas y el tiempo que éstas se llevan, y los puntajes de calificaciones, el dominio de habilidad, la adquisición de conocimientos y de buenos hábitos. Algunos de esos estudios fueron los siguientes:

“Una encuesta nacional (en EUA), a gran escala y a largo plazo, halló que la proporción de niños entre seis y ocho años a los que se les asigna tareas en un día dado ha aumentado de 34% en 1981 a 58% en 1997, y que el tiempo semanal de estudio en casa es más del doble”. Sandra Hofferth, de la Universidad de Maryland, una de las autoras del estudio, en una actualización basada en datos del 2002 encontró que “la proporción de niños pequeños a quienes se les asigna tareas en un día dado subió a 64 %, y la cantidad de tiempo que dedican a ellas aumentó en un tercio. “Aquí la ironía –dice Kohn– es dolorosa porque la evidencia para justificar las tareas a los más pequeños ni siquiera es dudosa, simplemente no existe”.

“No solamente no logramos encontrar ninguna relación positiva, sino que las correlaciones generales entre el rendimiento promedio nacional de los estudiantes y los promedios nacionales [en cantidad de tareas asignadas] son todas negativas.” Es decir, la cantidad de tareas no afecta el rendimiento, para no hablar del aprendizaje.



En cuanto a resultados de exámenes nacionales e internacionales, Kohn ejemplifica con el documento “Tendencias en el estudio de matemáticas y ciencia de 1994 y 1999”, con datos de 50 países que obtuvieron los investigadores David Baker y Gerald Letendre, de quienes dice que difícilmente pudieron disimular su sorpresa cuando obtuvieron sus resultados: “No solamente no logramos encontrar ninguna relación positiva, sino que las correlaciones generales entre el rendimiento promedio nacional de los estudiantes y los promedios nacionales [en cantidad de tareas asignadas] son todas negativas.” Es decir, la cantidad de tareas no afecta el rendimiento, para no hablar del aprendizaje.

Kohn dice: “descubrí que décadas de investigación han sido inútiles para obtener cualquier evidencia de que las tareas son beneficiosas para los estudiantes de primaria”. Y se pregunta por qué las imponemos cuando los perjuicios (estrés, frustración, conflicto familiar, pérdida de tiempo que podría utilizarse para practicar otras actividades y la posible disminución en el interés por el aprendizaje) claramente son superiores a los beneficios. “Las posibles razones incluyen una falta de respeto por las investigaciones, una falta de respeto por los niños (implícita en la determinación de mantenerlos ocupados después de la escuela), una resistencia a cuestionar las prácticas existentes y la presión, en todos los niveles, de enseñar más cosas en menos tiempo para ganar más puntos en las evaluaciones y poder decir ¡Somos los primeros!”

Y en México, ¿qué sucede?

Sucede que las tareas escolares son comunes a todo el sistema educativo y que no han sido precedidas por un debate sobre sus objetivos, naturaleza, características, duración y revisión, por lo que su asignación puede ser arbitraria o al menos desigual, pues con frecuencia se dan sin claridad en cuanto a su relación con el aprendizaje y con el desarrollo del pensamiento. Recordemos que tampoco está regulado el tiempo que los estudiantes deben dedicar a las tareas y al trabajo escolar en su conjunto. La Ley General de Educación Pública, en el capítulo dedicado al proceso educativo en su sección tres, se refiere sólo al calendario escolar, en donde se mencionan los días establecidos de asistencia a clases y no se dice nada respecto de la jornada escolar, mucho menos de la jornada extraescolar para los estudiantes. La ley de Trabajo sí establece las horas máximas de trabajo. ¿Deberían establecerse por ley las jornadas escolares?

Ante estos hechos contundentes, pensamos que la reflexión sobre las tareas debe formar parte de la agenda del debate educativo nacional. Proponemos a los distintos actores educativos algunas tareas para tal fin. Eso sí, se recomienda hacerlas dentro de la jornada escolar o laboral:


Foto: María Emilia Martínez Negrete
1. A los directivos, profesores, padres de familia y estudiantes, que se organicen para reflexionar y hacer investigación en sus escuelas sobre las tareas, guiados por preguntas tales como: ¿Qué tipo de tareas se asignan en esta escuela? ¿Con qué objetivo? ¿Cuáles son los resultados? ¿Cuánto tiempo dedican los estudiantes a realizarlas? ¿Qué hacen los profesores con las tareas que los estudiantes entregan? ¿En qué y cómo las tareas benefician al estudiante? Que como resultado de tal reflexión establezcan políticas internas soportadas con argumentos psicopedagógicos sobre la adjudicación de tareas.

2. A las autoridades educativas, que promuevan investigaciones sobre la pertinencia de las tareas y sobre el tiempo de dedicación a la actividad escolar, y que establezcan políticas educativas amplias soportadas con argumentos psicopedagógicos consistentes.

3. A las universidades, que investiguen y promuevan la reflexión y el diseño de políticas educativas.

La Universidad Autónoma de la Ciudad de México asume la tarea de contribuir a la investigación y reflexión, así que, quien lo desee, puede enviar los resultados de las tareas sugeridas para debatir y compartir, al Programa Galatea.


Miriam Sánchez Hernández es coordinadora del Programa Galatea de la UACM
programa.galatea@uacm.edu.mx
miriamsan28@gmail.com

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Tareas escolares


La tarea escolar suele tener uno o múltiples propósitos. El propósito más común es mandar a los estudiantes que practiquen las lecciones presentadas en la clase. La tarea de práctica tiene por objetivo reforzar el aprendizaje y ayudar al estudiante a dominar aptitudes específicas. La tarea de preparación sirve como introducción de una lección que se presentará después en la clase. Con estas tareas se pretende ayudar a los estudiantes a aprender mejor la nueva lección cuando ella se aborde durante la clase. Con la tarea de extensión se le pide al estudiante aplicar a nuevas situaciones los conocimientos o las aptitudes que ellos ya poseen. Con la tarea de integración se requiere que el estudiante aplique diversas aptitudes a un solo deber, como es el caso de las reseñas de libros, los proyectos de ciencia, o la creación de trabajos literarios.

En particular, se ha comprobado que la tarea de matemáticas es más importante durante los últimos años de la escuela primaria y durante toda la secundaria y menos importante durante los primeros grados de la primaria. Esta tarea comienza a tener importancia a partir del cuarto grado y va tomando cada vez más importancia durante los grados superiores de la secundaria
Un buen ejemplo influirá en su forma de pensar y por consiguiente en su rendimiento escolar.

viernes, 8 de enero de 2010

LA GEOMETRIA EN LA VIDA COTIDIANA









La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).
La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).
La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza.
La orientación espacial, fruto de una paulatina organización mental del espacio exterior, es un objetivo central de la educación geométrica en los primeros niveles educativos. El espacio aparece para los niños pequeños como algo desestructurado, carente de una organización objetiva. Es un espacio subjetivo, ligado a sus vivencias afectivas, a sus acciones. Un espacio en el que los objetos carecen de una forma y un tamaño precisos, en función de la perspectiva con que se les contempla.La organización lógica del espacio exterior, el desarrollo de una lógica geométrica, es básica para el adecuado desarrollo de la lógica general del individuo. Las capacidades lógicas que los niños conquistan en estas edades, como las de clasificar, ordenar, efectuar correspondencias, etc., a partir de las cuales construirán el edificio numérico y matemático posterior, se consiguen partiendo de una base lógica previa, que es geométrica en gran medida. Las clasificaciones, ordenaciones, etc., se hacen inicialmente de acuerdo con criterios muy simples, de carácter sensomotor, relativos, entre otros, a la forma , al tamaño, la distancia…A partir del conocimiento del propio cuerpo y del adecuado desarrollo de la lateralidad, es importante en este primer ciclo progresar en la capacidad de establecer puntos de referencia en el entorno que permitan al alumnado situarse y desplazarse por él, así como dar y recibir instrucciones de forma convencional partiendo siempre de un punto de vista propio (izquierda-derecha, giro, distancias, desplazamientos, etc.).

La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).

La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.
Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).
La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza.
La orientación espacial, fruto de una paulatina organización mental del espacio exterior, es un objetivo central de la educación geométrica en los primeros niveles educativos. El espacio aparece para los niños pequeños como algo desestructurado, carente de una organización objetiva. Es un espacio subjetivo, ligado a sus vivencias afectivas, a sus acciones. Un espacio en el que los objetos carecen de una forma y un tamaño precisos, en función de la perspectiva con que se les contempla.
La organización lógica del espacio exterior, el desarrollo de una lógica geométrica, es básica para el adecuado desarrollo de la lógica general del individuo. Las capacidades lógicas que los niños conquistan en estas edades, como las de clasificar, ordenar, efectuar correspondencias, etc., a partir de las cuales construirán el edificio numérico y matemático posterior, se consiguen partiendo de una base lógica previa, que es geométrica en gran medida. Las clasificaciones, ordenaciones, etc., se hacen inicialmente de acuerdo con criterios muy simples, de carácter sensomotor, relativos, entre otros, a la forma , al tamaño, la distancia…
A partir del conocimiento del propio cuerpo y del adecuado desarrollo de la lateralidad, es importante en este primer ciclo progresar en la capacidad de establecer puntos de referencia en el entorno que permitan al alumnado situarse y desplazarse por él, así como dar y recibir instrucciones de forma convencional partiendo siempre de un punto de vista propio (izquierda-derecha, giro, distancias, desplazamientos, etc.).
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).

La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.
Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).
La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza.
La orientación espacial, fruto de una paulatina organización mental del espacio exterior, es un objetivo central de la educación geométrica en los primeros niveles educativos. El espacio aparece para los niños pequeños como algo desestructurado, carente de una organización objetiva. Es un espacio subjetivo, ligado a sus vivencias afectivas, a sus acciones. Un espacio en el que los objetos carecen de una forma y un tamaño precisos, en función de la perspectiva con que se les contempla.
La organización lógica del espacio exterior, el desarrollo de una lógica geométrica, es básica para el adecuado desarrollo de la lógica general del individuo. Las capacidades lógicas que los niños conquistan en estas edades, como las de clasificar, ordenar, efectuar correspondencias, etc., a partir de las cuales construirán el edificio numérico y matemático posterior, se consiguen partiendo de una base lógica previa, que es geométrica en gran medida. Las clasificaciones, ordenaciones, etc., se hacen inicialmente de acuerdo con criterios muy simples, de carácter sensomotor, relativos, entre otros, a la forma , al tamaño, la distancia…
A partir del conocimiento del propio cuerpo y del adecuado desarrollo de la lateralidad, es importante en este primer ciclo progresar en la capacidad de establecer puntos de referencia en el entorno que permitan al alumnado situarse y desplazarse por él, así como dar y recibir instrucciones de forma convencional partiendo siempre de un punto de vista propio (izquierda-derecha, giro, distancias, desplazamientos, etc.).
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).

La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza
La necesidad de la enseñanza de la geometría en el ámbito escolar responde, en primer lugar, al papel que la geometría desempeña en la vida cotidiana.
Un conocimiento geométrico básico es indispensable para desenvolverse en la vida cotidiana: para orientarse reflexivamente en el espacio; para hacer estimaciones sobre formas y distancias; para hacer apreciaciones y cálculos relativos a la distribución de los objetos en el espacio…
La geometría está presente en múltiples ámbitos del sistema productivo de nuestras actuales sociedades (producción industrial, diseño, arquitectura, topografía, etc…).
La forma geométrica es también un componente esencial del arte, de las artes plásticas, y representa un aspecto importante en el estudio de los elementos de la naturaleza.
La orientación espacial, fruto de una paulatina organización mental del espacio exterior, es un objetivo central de la educación geométrica en los primeros niveles educativos. El espacio aparece para los niños pequeños como algo desestructurado, carente de una organización objetiva. Es un espacio subjetivo, ligado a sus vivencias afectivas, a sus acciones. Un espacio en el que los objetos carecen de una forma y un tamaño precisos, en función de la perspectiva con que se les contempla.
La organización lógica del espacio exterior, el desarrollo de una lógica geométrica, es básica para el adecuado desarrollo de la lógica general del individuo. Las capacidades lógicas que los niños conquistan en estas edades, como las de clasificar, ordenar, efectuar correspondencias, etc., a partir de las cuales construirán el edificio numérico y matemático posterior, se consiguen partiendo de una base lógica previa, que es geométrica en gran medida. Las clasificaciones, ordenaciones, etc., se hacen inicialmente de acuerdo con criterios muy simples, de carácter sensomotor, relativos, entre otros, a la forma , al tamaño, la distancia…
A partir del conocimiento del propio cuerpo y del adecuado desarrollo de la lateralidad, es importante en este primer ciclo progresar en la capacidad de establecer puntos de referencia en el entorno que permitan al alumnado situarse y desplazarse por él, así como dar y recibir instrucciones de forma convencional partiendo siempre de un punto de vista propio (izquierda-derecha, giro, distancias, desplazamientos, etc.).

LOS VALORES HUMANOS


LOS VALORES HUMANOS


Los valores humanos son aquellos bienes universales que pertenecen a nuestra naturaleza como personas y que, en cierto sentido, nos humanizan, porque mejoran nuestra condición de personas y perfeccionan nuestra naturaleza humana. La libertad nos capacita para ennoblecer nuestra existencia, pero también nos pone en peligro de empobrecerla. El hombre sobresale del resto de la creación en la medida en que él mismo reconoce su propia naturaleza, y cuando lo olvida, se hunde más abajo que las bestias. Para otros seres vivientes, ignorar lo que son es natural; para el hombre es un defecto. Si no descubrimos lo que somos, tampoco descubriremos qué valores nos convienen. Cuanto mejor percibamos nuestra naturaleza, tanto más fácilmente percibiremos los valores que le pertenecen. Alimentación y naturaleza Hay una diferencia entre los valores humanos en general y nuestros propios valores personales. El concepto de valores humanos abarca todas aquellas cosas que son buenas para nosotros como seres humanos y que nos mejoran como tales. Los valores personales son aquellos que hemos asimilado en nuestra vida y que nos motivan en nuestras decisiones cotidianas. Tenemos toda una gama de valores culturales, intelectuales y estéticos que promueven nuestro desarrollo humano y enriquecen nuestra personalidad. En la esfera de los valores humanos se requiere también un equilibrio y que cada uno de los valores, tomado individualmente, sea saludable. Así como ciertos alimentos son esenciales y otros sólo sirven para adornar algún platillo, así también los valores tienen una jerarquía, según favorezca más o menos nuestro desarrollo humano. Una porción discreta de pastel de zanahoria con helado de vainilla es un excelente postre para una comida familiar, pero no se nos ocurriría comer pastel y helado tres veces al día y terminar con una discreta porción de carne con papas. Nuestro organismo no lo soportaría (nuestra línea tampoco). Los valores humanos también pueden ordenarse y clasificarse de acuerdo con los beneficios que nos proporcionan. Algunos son esenciales; otros son más periféricos. Una jerarquía de valores Entre los valores objetivos existe una jerarquía, una escala. No todos son iguales. Algunos son más importantes que otros porque son más trascendentes, porque nos elevan más como personas y corresponden a nuestras facultades superiores. Podemos clasificar los valores humanos en cuatro categorías: 1) valores religiosos, 2) valores morales, 3) valores humanos inframorales y 4) valores biológicos. 1. Los valores biológicos o sensitivos no son específicamente humanos, pues los compartimos con otros seres vivos. Entre ellos están la salud, el placer, la belleza física y las cualidades atléticas. Desafortunadamente, muchos ponen demasiado énfasis en este nivel. No es raro escuchar frases como ésta: Mientras tenga salud, todo lo demás no importa. Según esto, uno lo pasaría mejor siendo un saludable jefe de la mafia que un enfermizo hombre de bien. No eres más persona porque seas sano o bien parecido. Eso no aumenta tu valor. 2) Los valores humanos inframorales son específicamente humanos. Tienen que ver con el desarrollo de nuestra naturaleza, de nuestros talentos y cualidades. Pero todavía no son tan importantes como los valores morales. Entre éstos están los intereses intelectuales, musicales, artísticos, sociales y estéticos. Estos valores nos ennoblecen y desarrollan nuestro potencial humano. 3. Los valores morales o éticos son superiores a los ya mencionados. Esto se debe a que tienen que ver con el uso de nuestra libertad, ese don inapreciable y sublime que nos permite ser constructores de nuestro propio destino. Estos son los valores humanos por excelencia, pues determinan nuestro valor como personas. Incluyen, entre otros, la honestidad, la bondad, la justicia, la autenticidad, la solidaridad, la sinceridad y la misericordia. Cada valor apoya y sostiene a los demás; juntos forman esa sólida estructura que constituye la personalidad de un hombre maduro. 4. Hay todavía un cuarto nivel de valores, el más elevado, que corona y completa los valores del tercer nivel, y que nos permite incluso ir más allá de nuestra naturaleza. Son los valores religiosos. Éstos tienen que ver con nuestra relación personal con Dios. El mundo de hoy pasa por alto un hecho muy sencillo: la persona humana es religiosa. Aunque seguramente será difícil encontrar esta afirmación en un texto de sociología, no ha habido en la historia una sola sociedad que no haya sido religiosa. Preguntar por la existencia de Dios es algo que está íntimamente unido al por qué de la existencia humana. Buscamos de forma natural la trascendencia, porque es lo que da sentido y significado a nuestra vida sobre la tierra. Si el hombre cultiva los valores religiosos con tanta tenacidad, es porque ellos corresponden a la verdad más profunda de su ser. Ciertas cosas son buenas para nosotros porque nos ayudan a alcanzar nuestro fin u objetivo. Si acertamos a descubrir a dónde vamos como hombres, cuál es nuestro objetivo, podremos entonces saber qué es bueno para nosotros en ese sentido.




sábado, 19 de diciembre de 2009

LAS MATEMATICAS EN LA VIDA COTIDIANA


Es una realidad conocida y ampliamente recogida en diferentes estudios que la imagen que la sociedad tiene de las Matemáticas, y de los propios matemáticos, es muy negativa. Un gran número de personas encuentra las Matemáticas difíciles, abstractas y aburridas, e incluso se sienten inseguras respecto a su capacidad para resolver problemas sencillos o simples cálculos. Todos hemos escuchado expresiones del tipo: “Las Matemáticas no son lo mío”, “Yo soy de letras”, “No entiendo de números”, “Con las cuatro reglas me vale”, etc. Más aún, la gente piensa que las Matemáticas son algo “fijo, inmutable, que no hay nada nuevo en ellas y carentes de toda creatividad”. Si la imagen de las Matemáticas es negativa, la de los matemáticos puede que no sea mejor: “…arrogantes, elitistas, excéntricos si no locos, separados de la sociedad y de los problemas sociales…”. El trabajo de los matemáticos es ampliamente desconocido, la mayoría de las personas piensa que el único trabajo que puede desarrollar un matemático es “dar clases”.
Sin embargo, las Matemáticas son una parte fundamental de nuestra sociedad y de nuestra vida diaria. Han estado presentes en la historia de la humanidad, y forman parte del núcleo central de su cultura y de sus ideas. Las Matemáticas se aplican en las otras ciencias, de la naturaleza y sociales, en las ingenierías, en las nuevas tecnologías, así como en las distintas ramas del saber. El desarrollo económico, científico y tecnológico de un país sería imposible sin las Matemáticas. Además, éstas “intervienen”, aunque estén ocultas, en casi todas las actividades de nuestra vida diaria. Así, las comunicaciones por telefonía móvil, las cámaras digitales, el uso de los cajeros automáticos de un banco, la predicción del tiempo, la televisión vía satélite, los ordenadores, Internet, la gestión de fondos de inversión, de seguros de vida y de los planes de pensiones, la construcción de obras públicas, el scanner y TAC de los médicos, y un largo etcétera, son imposibles sin las Matemáticas.